lunes, 16 de noviembre de 2015

Templos y Necrópolis en Italia Meridional

El templo griego no sólo es la morada de la deidad que protege un territorio sino que es un elemento cultural y legitimador de un espacio. Su ubicación en las colonias y en el territorio circundante nos da una idea de cómo los nuevos pobladores buscar legitimar su nuevo asentamiento frente a ellos mismos y sus nuevos vecinos. Prueba de ello es que en numerosos ejemplos se encuentran estos templos griegos construidos sobre restos habitacionales anteriores de naturaleza indígena sobre los que se impone este edificio monumental y, en un sentido ideológico una cultura sobre otra. Aunque también, como se comentó en entradas anteriores sirven como articuladores del espacio socio económico suponen una referencia del espacio cultural que comparte un pueblo. Es por esto que sirven como fronteras políticas y culturales frente a colectivos sociales diversos y es un reclamo de identidad hacia los mismos. Sin embargo, también podemos encontrar templos fuera de un espacio de influencia política griega por lo que no debemos dejarnos guiar por la ubicación de un templo sino que es necesario observar su localización con una perspectiva histórica y geográfica.

Muchas veces supusieron puntos de encuentro con poblaciones nativas, como fronteras entre choras de diferentes colonias y ciudades o simplemente como importantes santuarios para todo el mundo helénico (Templo Panhelénico de Hera, en Capo Colonna). Destaca su carácter monumental, pues en la Italia meridional eran de importantes dimensiones (la mayoría de los consultados oscilaban entre los 16-20 metros de ancho por 33-40 metros de lado) y suponen aún hoy en día grandes ejemplos de la arquitectura religiosa de la antigua cultura griega. Fueron además en su mayoría grandes templos dóricos quedando como excepciones el templo jónico denominado Templo D del santuario de Metaponto (ca. 470 a.C.) o el templo Jónico de Marasá en Locri Epizefiri (500-450 a.C. que sustituía uno anterior de madera del siglo VII a.C.).

Estos templos fueron construidos en piedra, muchos de ellos sobre un predecesor de madera y poseían techumbres de arcilla cocida1. Su localización en lo alto de colinas, junto a la playa y, en definitiva, en lugares visibles, ejercía el papel de identificación territorial (con una determinada ciudad) además de funcionar como referente geográfico. Muchos de estos templos estaban dedicados a divinidades principales y su monumentalidad es una prueba de ello. Los templos de Metaponto, el templo A (de 20 x 49 metros) dedicado a Apolo, el Templo B dedicado a Hera y el templo suburbano de Tavole Palatino (16 x 33 metros) también dedicado a Hera lo corroboran. En el caso de Tarento el gran templo de principios del siglo VI a.C. ha sido siempre identificado con el culto a Poseidón aunque se ha puesto en entredicho en numerosas ocasiones. No obstante, atendiendo a los datos que ofrecen las fuentes sobre su magnifico e importante puerto en el sector comercial de la zona como sus dimensiones dignas de esta divinidad nos permiten pensar en su viabilidad.

Conocemos otra serie de Templos dedicados a divinidades importantes como el templo de Zeus Olimpo de Locri Epizefiri construido con una columna perimetral de 20 x 40 metros de base en estilo dórico, el templo dedicado a atenea en Metaponto y el templo en el asentamiento rural, dentro de la chora de Metaponto de Artemis. Este templo rural en donde la gente subsistía a base de la agricultura y la ganadería es muy representativo de veneración de la deidad que representa a la naturaleza y los animales. Digno de mención es también el Santuario de Hera Lacinia, situado a 11 km. al sur de Crotona, comparable al templo de Atenea en Siracusa, hexástilo y de 57 x 22 metros.

En cuanto a las necrópolis, estas ejercen el mismo carácter legitimador del suelo habitado y supone un vínculo que mantiene el griego con sus antepasados en un suelo sagrado. Del mismo modo se encuentran repartidos, al igual que los templos tanto en el territorio perimetral extraurbano de la colonia como diseminados por la chora donde los campesinos y agricultores cultivan y explotan los recursos naturales. Es significativo como en numerosas ocasiones la localización original de una necrópolis se ve alterada por diversas fases de ampliación de la polis que se ve obligada a integrar este espacio dentro de la ciudad y a desplazarla hasta una nueva ubicación. Esto ocurrió, por ejemplo en Metaponto con la necrópolis que se situaba en las inmediaciones de la ciudad y que se vio afectada por la fase expansiva de la ciudad en el siglo V a.C. Es característica también una gran necrópolis registrada en la chora de Metaponto, que dista apenas 200 metros de Ponte Fabrizio y en la que se han registrado 320 entierros en total en un espacio formado por tres complejos funerarios. Este apartado está ampliamente estudiado y muy bien analizado en la obra The chora of metaponto: a greek farmhouse at Ponte Fabrizio publicado por la Universidad de Texas.


Bibliografía:

DEL OLMO, C. (2010), Paisaje identidad y religión. Ed. Bellaterra, 2010.
LANZA E., SWIFT K.(2014), The Chora of Metaponto 5: A Greek Farmhouse at Ponte Fabrizio,
LEONE, R. (1998), Luoghi di culto extraurbani d´etá arcaica in Magna Grecia. Ed. Le lettere.
MARINATOS N., HÄGG R. (1993), Greek Sanctuaries. Ed. Routledge.
SPAWFORTH T. (2007), Los Templos griegos, 114-121. Ed. Akal,

1Como el gran Templo de Hippionion sobre la colina Belvedere, el Templo B de Hera en Metaponto. No obstante, no se descarta que otros templos mayores o considerados como Panhelénicos presentaran una cubierta de marmol translúcido como podría ocurrir en el Templo de Hera de Capo Colonna.

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