IDENTIFICACIÓN DE LOS LIMES DE LA CHORA EN LA ISLA DE SICILIA

En el mundo griego se han detectado la delimitación de espacios fronterizos entre los territorios de las polis. En el caso de Sicilia también ha sido así, de forma que, entre las principales colonias griegas de la isla, se encuentran edificaciones que cumplirían dicha función: principalmente santuarios periurbanos o necrópolis. Otro elemento de extrema importancia lo constituye la fortificación, que limita el espacio entre la zona urbana, el asty y la chora. Se trataría de un sistema de delimitación del territorio dentro del cual encontramos asentamientos indígenas y griegos de menores dimensiones. 

Mapa de las principales colonias en Sicilia. Fuente: Fondacaro 2005.

De esta forma se puede ver como la colonización griega transformó el paisaje y construyó límites territoriales, con fronteras artificiales. Pero como ya se ha explicado, el proceso colonizador griego también hace uso de las prácticas religiosas para marcar su dominio, como lo ejemplifica la construcción de una frontera a partir de las necrópolis y de los santuarios (Cardete del Olmo, 2010: 93). Así, en la periferia más o menos inmediata de la colonia, se sitúan zonas de necrópolis,  espacios públicos al servició de un interés de marcada organización territorial. Todo ello, evidencia un compleja organización general del territorio,  ya des del momento de fundación de la polis.

Territorio de Siracusa, obtenido mediante las necrópolis. Fuente: Musumeci 2006.

Esta diferenciación y división del territorio también se pudo observar en el mundo indígena a lo largo de la segunda mitad del siglo VI a.n.e. Nuevas fortificaciones y una nueva organización de los espacios sagrados muestran esta reorganización, formada por santuarios de tipo griego (Daniele, 2012; Mosca, 2010: 55). Dichos santuarios periurbanos situados en el territorio de la colonia, cumplirían una función mediadora entre esos dos mundos desiguales: el griego y el indigena (1).

Los lugares sagrados han ayudado a presentar una división espacial del territorio, teniendo en cuenta la chora y los diferentes modos de ocupación. Desde el período arcaico, existirían bien diferenciadas una serie de áreas sagradas, tradicionalmente definidos como santuario suburbanos. Todo ello han ayudado a conocer la realidad urbana y las zonas de influencia. Estos espacios constituirían puntos de articulación del territorio, entre el asty y la chora. Una evidencia clara de la diferenciación y también de la disputa por del territorio entre las polis, se trata del conflicto entre Selinunte y Segesta. Alrededor de sus territorios encontramos santuarios periurbanos  delimitando su espacio, ya que ambas polis compartían un límite común.  O el caso de Camarina, donde se han localizado las granjas y por lo tanto también el territorio, pero no los santuarios. 

Durante las excavaciones arqueológicas de ciertos núcleos indígenas, se han identificado transformaciones importantes y una marcada helenización (2). Uno de los centros es el de Colle Madore, que se encontraba dentro del territorio de Palermo. Es en él dónde se construye uno de estos santuarios (Spatafora, Vassallo, 2006: 111-125). Por otra parte, uno de los santuarios más bien estudiados de la isla se trata de “Il Santuario di Alaimo”, situado en el área sagrada extra-urbana de la colonia griega de Lentini. Este, ha sido interpretado como un santuario en la chora de la polis, gracias a los depósitos rituales y a su privilegiada situación. Y su culto se ha asociado al  a la diosa Artemisa y, posteriormente a Dioscuro.

Localización y detalle del Santuario Alaimo. Fuente: Grasso, 2009.

(1) Los cultos y los rituales eran el medio principal de interacción y de constitución de una organización entre la polis y en la chora. La función de los santuarios estaba directamente relacionada con su ubicación.

(2) La coexistencia entre lugares de culto indígenas y griegos se explica debido a la voluntad de las élites aristocráticas nativas de relacionarse e intercambiar con los colones, y estos espacios sagrados se trataban de un lugar controlado y seguro.

BIBLIOGRAFIA:

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Laia Catarineu