Articulación del
territorio de las colonias griegas de la Italia Meridional.
Las colonias que se
ubicaron en la costa meridional italiana sabemos que desde su
concepción fueron enfocadas para mantenerse a base de una economía
agraria basada en el control de unas extensas llanuras aptas para la
práctica agrícola. Estas colonias, además, situadas en la costa o
cercana a ella extendían sus dominios por las rutas comerciales
naturales que vadeaban mediante una navegación de cabotaje sus
costas. Sin embargo, el control del territorio interior era más
complicado propiciado también por la existencia de agentes eternos a
la cultura griega como era la propia población nativa.
Algunos autores defienden
una integración de estos indígenas de una manera más o menos
acusada mientras que otros conciben a todo nativo que vive bajo
influencia de la chora colonial griega como sometidas y esclavizadas
(Vaquerizo Gil, 1994). Posiblemente no se responda a un esquema tan
cerrado la convivencia como representa la existencia de necrópolis
en ocasiones compartidas o la presencia de centros de producción
cerámica indígena inspirados en el arte heleno caso de Locri. Sea
como fuere lo cierto es que todo nativo que viviera bajo la
influencia colonial debía mantener una buena relación con el centro
colonial o una relación de servidumbre.
Volviendo a la cuestión
económica y basándonos en el carácter agrícola de estas colonias
partimos de la necesidad de estos primeros colonos por enmarcar
claramente su zona de control. No es de extrañar, por ello, que
desde los primeros momentos de la colonización aparezcan una red te
templos que definen las diferentes áreas tanto de la colonia como de
su chora. Por un lado los templos suponen una justificación divina
de la presencia griega sobre el nuevo territorio, además de ser
garantes de una seguridad tanto para los griegos como para los
indígenas (ya que funcionaban como centros de encuentro entre ambas
poblaciones para efectuar, entre otras cosas, intercambios
comerciales). Por otro lado el carácter monumental que presentan
realiza una buena labor propagandística de cara a la población
nativa que podría admirar la grandeza de la cultura griega.
Si bien es cierto que no
podemos hablar de un control estable en época arcaica, la presencia
de elementos religiosos dotará a este territorio de una identidad
propiamente griega y extenderá su área de influencia hacia otras
zonas con realidades étnicas y sociales diferentes (Leone, 1998).
En cuanto a la
articulación mediante templos, Rosina Leone diferencia tres tipos de
cultos atendiendo a tres áreas de influencia diferenciadas. En
primer lugar define como culto de frontera a toda una serie de
templos y elementos religiosos apostados en los límites entre el
territorio griego y el nativo y funcionaban como puntos de encuentro
entre ambas poblaciones. Ejemplos de esto son los templos de Fonte di
Roscada en Posidonia, el Templo de Campomarino de Tarento o Taverna
en Crotona. Por otro lado identifica el culto periférico como el
complejo sacro articulado en torno a la propia colonia que enmarca
el tejido urbano. Las deidades aquí veneradas estarían relacionas
con la deidad principal de la colonia (punto que desarrollaremos más
extensamente en el tema de religión colonial). Por último
encontraríamos entre la colonia y la “frontera” (entiéndase
esta como área de dominio o influencia) el culto propio del ager
y de las poblaciones griegas y nativa que viven dispersas en pequeños
núcleos y que viven como bien hemos dicho de la agricultura
principalmente.
Estos templos,
posiblemente conectados con la actividad productiva, como
propiciadores de abundancia y protectores de los recursos explotados
funcionan también como centros neurálgicos para los habitantes de
la chora. De esta manera se reúnen en torno a estos centros
religiosos que pueden distar entre 5, 10 o 15 km. respecto a la
colonia, los habitantes del ámbito rural sin tener que desplazarse
grandes distancias hasta la colonia. Por lo general, se asocian estos
templos a deidades menores frente a los cultos oficiales del núcleo
urbano.
Bibliografía.
DEL OLMO, C. (2010), Paisaje
identidad y religión. Ed. Bellatera. Barcelona.
LEONE, R. (1998), Luoghi di culto
extraurbani d´etá arcaica in Magna Grecia. Ed. Le lettere. Firenze
MARINATOS, N., HÄGG, R. (1995), Greek
sanctuaries, nwe approaches. Ed. Rooutledge, United Kingdom .
MARTÍN BARRERO, N., PEREZ DEL
CASTILLO,M. J.(coord.) (2015), “Actas del XVIII congreso
internacional de arqueología”
Centro y periferia en el mundo
clásico. Ed. Museo Nacional de
Arte Romano. Mérida.
VAQUERIZO GIL, D. (coord)
(1994),Arqueologíade la Magna Grecia, Sicilia y la Península
Ibérica. Ed. Egartorre libros. Córdoba.
DE SIENA, A. Metaponto un´esperienza
urbanistica d´avanguarda
http://consiglio.basilicata.it/consiglioinforma/files/docs/10/43/41/DOCUMENT_FILE_104341.pdf
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