domingo, 29 de noviembre de 2015

CARTAGINESES Y ROMANOS EN SICILIA

A partir del siglo V a.n.e. se inició la presencia cartaginesa en Sicilia. Aún así, el control griego continuó siendo más prominente, dominando la mayor parte de la isla bajo la dirección de Siracusa. Los núcleos cartagineses fueron pocos y se situaron en el extremo oriental de la isla. La rivalidad territorial creciente desembocó en una serie de conflictos armados por el control de la isla: las guerras sicilianas o greco-púnicas. Así, en este período es posible observar arqueologicamente destrucciones, abandonos y remodelaciones. 

El análisis de la forma de contacto y de la progresiva invasión del mundo griego en Sicilia, presenta un interés elevado para ver los cambios. Se trata de un proceso complejo, con momentos de más o menos resistencia, continuidad y innovación. La intervención romana acentúa las diferencias de desarrollo entre las zonas de la isla. Uno de los aspectos que más la condicionan es la helenización de una parte importare de la isla, la costa este y su área anexa. Mientras tanto, en la costa norte siguen predominando los pueblos indígenas con una red de asentamientos urbanos. El interés de Roma por la isla surgirá en la mitad del siglo IV a.n.e. La intervención romana parece augmentar el proceso de diferenciación entre las distintas zonas de la isla. El complejo sistema de ciudad-estado, establecido con mayor presencia en las costas, entra en crisis. 

Las colonias griegas son demasiado pequeñas para defenderse y defender su territorio ante los romanos o los cartagineses. La actuación de Hierón II hace que la parte oriental, en zonas como Siracusa, Lentini, Catania, Acre o Megara Myblea, permanezcan excluidos de este conflicto, a excepción de los dos primeros años de conflicto (Bejor, 1983: 348-349). Poco a poco, las grandes polis griegas van desapareciendo como Mazarino en el año 260 a.n.e., Erbesso abandonada y saqueada en 258 a.n.e. o Selinunte que en 250 a.n.e. es abandonada. La primera Guerra Púnica conduce a la desaparición de un buen número de centros. Se puede observar también el destino de tres ciudades que tuvieron éxito como sede del comando púnico de operaciones: Agrigento, que es la primera en ser conquistada (262 a.n.e.), es saqueada y sus habitantes son vendidos como esclavos. Palermo tomada en el 254 a.n.e., se convierte en la base de la posterior romana, tanto en Sicilia como en África. O en Lilibea, que en el 241 a.n.e. sin dejar de ser púnica esencialmente su población, seguirá siendo la capital de Sicília, reemplazando a Siracusa y después compartiendo esta categoría.


Centros que desaparecen entre el momento de Agatocles y la Guerra Púnica: 1. Vassallaggi. 2. Sabucina. 3. Capodarso. 4. Gibil Gabib. 5. M. Saraceno. 6. M. Desusino (Falarion ?). 7. Gela. 8. M. Pellegrino (Heirkte?). 9. Rocca Nadore (Azonai?). 10. M. Adranone (Adranone?). 11. Castellazzo di Marianopoli (Mitistrato?). 12. Kassar. 13. Selinunte. 14. Marineo. 15. Cefalà. 16. Corleone. 17. M. Alburchia. 18. Montedoro sopra Montelepre. Fuente: Bejor, 1983.

Los dispersos asentamientos rurales típicos del período griego, desaparecen y no tendran continuidad en esta época de conflictos hasta la época romana. La desaparición de los centros, se contrapone con el pasado de la grandeza de las colonias griegas de la costa meridional, consecuencia de la intervención romana, pero que ya comienza en el siglo IV (Vacanti, 2012).  

Finalmente, en 241 a.n.e. Sicilia se convertirá en la primera provincia romana fuera de la península Italiana. Des de la época de Augusto, los asentamientos rurales se multiplican otra vez por toda la isla. También se puede observar una reducción de la red urbana en las áreas todavía florecientes en los siglos II-I a.n.e sobreviven casi todos los centros con puerto en la costa (Miccichè et alli. 2006: 373).  


Principales asentamientos rurales de Sicilia. 1. Butera, Fontana Calda. 2. Butera, contrada Priorato. 3. Gadira e Petrusa presso Vassallaggi. 4. Aguglia. 5. Avola. 6. Casale presso Piazza Armerina. 7. S. Onofrio presso Tripi. 8. Tortorici. 9. Camporotondo presso Gangi Vecchio. 10. Partinico (Parthenicum?). 11. Carini (Hykkara?). 12. Cusumano. 13. Sciacca. 14. M. Adranone. 15. Realmonte. 16. Tellaro presso Eloro. 17. Patti. Fuente: Bejor, 1983.

BIBLIOGRAFÍA:

BEJOR, G. (1983) 'Aspetti della romanizzazione della Sicilia'. Publications de l'École française de Roma, 1. Pp. 345-378. 

BOARDMAN, J. (1986) Los Griegos en Ultramar: comercio y expansión colonial antes de la era clásica. Ed. Alianza Universidad, Madrid.

BUSCEMI, F. (2012) Architettura e romanizzazione della Sicilia: gli edifici per spettacoli. Machina Philosophorum, Roma.

DOMÍNGUEZ. J. (1989) La Colonización Griega en Sicilia. BAR, Oxford.

MICCICHÈ, C., MODEO, S., SANTAGATI, L. (Ed.) (2006) La Sicilia romana tra Republicana e Alto Imperio. Biblioteca centrale della Regione siciliana, Caltanissetta.

VACANTI, C. (2010) Guerra per la Sicilia e guerra della Sicilia. Il ruolo della città siciliane nel primo conflitto Romano-Punico. Jovene editore, Napoli. 


Laia Catarineu


viernes, 27 de noviembre de 2015

Relaciones entre colonos y nativos en Italia Meridional

Las relaciones que mantuvieron los colonos griegos y las poblaciones nativas preexistentes son un objeto de estudio desde hace no muchos años. Al menos desde una óptica social y económica que trascendiera los restos arqueológicos materiales. Es por esto que no es sencillo encontrar información al respecto y las pocas alusiones a las mismas relaciones nos vienen dadas en pequeñas dosis por diversas fuentes. De todas las maneras, lo que debe quedar claro desde el primer momento que nos planteemos cómo eran estas relaciones es que no fueron, ni mucho menos, una realidad homogénea ni estática. En los diferentes territorios se mantuvieron diferentes formas de contacto que evolucionaron de maneras diversas.

Se ha sostenido tradicionalmente que los nativos que quedaron encuadrados dentro del área de influencia territorial y política griega estaban sometidos y eran esclavos al servicio de las apoikias. Sin embargo, también se menciona la rápida aculturación y asimilación de patrones económicos y culturales (asimilación de cultos, formas de enterramiento o producciones cerámicas) de los centros indígenas que estaban en contacto directo con los griegos. Entre estos dos extremos, creo yo, existía una realidad mucho más compleja. Si bien es cierto que en poblaciones sículas y elimias, como es el caso de Sicilia, adoptaron el alfabeto calcídico y las técnicas de fabricación de items cerámicos y bronces, también es verdad que en otros casos los nativos eran más hostiles y belicosos como las fuentes hacen referencia en la zona de Tarento.

El caso de Tarento es significativo porque se asientan en un enclave previamente habitado por los yapigios que, naturalmente les hacen frente. Es una fundación colonial que parte de la victoria militar y el desplazamiento de estos nativos hacia zonas interiores(MONEDERO,xxx ). Un hecho, el de desplazar (o replegarse, dependiendo de la iniciativa migratoria), que bien se repite en otras colonias meridionales como Locris o Siris (ESCOHOTADO, 1999). Yo, personalmente, me inclino a pensar a que en un momento inicial las colonias griegas fueron establecidas en zonas que no presentaran una estructura social ni militar suficientemente desarrollada para hacerlos frente y, posteriormente, buscaron mantener buenas relaciones con estas poblaciones puesto que les ofrecían un buen mercado.


En momentos más tardíos estas colonias crecerán y buscarán ampliar su territorio (chora) para ampliar la agricultura y su explotación principalmente. En este sentido, son Síbaris y Siracusa desarrollan un imperialismo en un momento temprano a costa de la población nativa. Es lógico pensar que en este proceso poblaciones nativas se declararan “sumisas” y otras opusieran cierta resistencia. De ahí que encontremos nativos sometidos y nativos que aparecen como aliados de estas colonias. Así pues, en este proceso de consolidación territorial quedarían incluidas estas poblaciones, o bien como esclavos o bien como aliados (aunque seguramente con una consideración social inferior). Es anecdótico mencionar que fuentes clásicas ya hacían alusiones a la facilidad con la que Síbaris concedía la ciudadanía a extranjeros (DIODORO XII, 9,2). Como vemos, también la necesidad de población podría fomentar la inclusión de estas poblaciones vecinas. Por el contrario, en Metaponto si entendemos que la explotación agraria era su principalmente fuente de riqueza es más viable pensar en un sometimiento nativo en busca de una producción al más puro estilo esclavista. Quizá fruto de esto se explique la inestabilidad que durante el siglo VI a.C. con luchas y revueltas constantes con la población indígena (SIENNA). Por su parte, en Siris, Guzzo expresa que los restos materiales indígenas hallados (cultura enotria) hay que interpretarla como la absorción de mano de obra indígena para tareas agrícolas. Quizás podríamos identificarlos con un sustrato social bajo asimilable a los ilotas espartanos (LA TORRE, 2011).

A un lado, queda la edificación griega de templos y núcleos habitacionales sobre poblados indígenas. Esta práctica al más puro estilo imperialista representa la victoria política y define el poder político de una población sobre otra. Tenemos ejemplos de esta actividad por toda la Magna Grecia por lo que podemos deducir que, en poblaciones hostiles se tomaran estas medidas mientras que constituían un elemento ejemplarizante para las demás. De todas formas aún estamos muy lejos de entender y definir correctamente las relaciones que se mantuvieron en esta zona meridional itálica, en parte obstaculizada por la existencia de poblaciones indígenas muy helenizadas cuyos restos no son siempre fácilmente discernibles. Del mismo modo, entre poblaciones que mantienen buenas relaciones y que conviven es natural que se den matrimonios mixtos que, a su vez, fomentaran una rápida relación y acercamiento cultural. Sin embargo, este apartado tampoco está muy desarrollado.

En conclusión podemos decir que las relaciones entre griegos y nativos fueron de diversa naturaleza y que abarcaron desde una esclavitud (en el sentido más genérico del término entendido como sometimiento y explotación de la fuerza de trabajo) hasta unas buenas relaciones que les llevaron a participar en campañas militares de manera conjunta como aliados. En este sentido debieron de existir tratados de hospitalidad y regalo (principi amici) entre los colonos y, presumiblemente, las élites nativas que resultaron fundamentales en el desarrollo y afianzamiento de las rutas y los mercados comerciales (LA TORRE, 2011). De estas buenas relaciones se deduce la asimilación de prácticas griegas tales como el simposio y las prácticas funerarias de tipo heroico que encontraremos entre las élites sociales nativas.


Bibliografía:

DEL OLMO, C. (2010), Paisaje identidad y religión. Ed. Bellaterra.

ESCOHOTADO A.; BALSEIRO M. (1999) Los griegos en Ultramar: comercio y expansión colonial antes de época clásica. Ed. Alianza, Madrid.

HIDALGO DE LA VEGA, M.J. (1998), Historia de la Grecia Antigua. Ed. Universidad Salmanca, Salamanca

LA TORRE, G.F. (2011), Sicilia e Magna Grecia. Archeologia della colonizzazione greca d´Occidente. Ed. Latterza, Bari.

DOMINGUEZ MONEDERO, A (1991) Los griegos en Occidente y sus diferentes modos de contacto con las poblaciones indígenas. Cuadernos de prehistoria y arqueología. ISSN 0211-1608, Nº 18, págs. 149-178  

VAQUERIZO GIL, D.(coord.) (1994) Arqueología de la Magna Grecia, Sicilia y la Península Ibérica. Ed. Egartorre Libros, Córdoba.

jueves, 26 de noviembre de 2015

EL LIMES IDEOLÓGICO: INFLUENCIAS Y CONTACTOS CON LOS PUEBLOS INDÍGENAS EN EL SUROESTE DE LA MAGNA GRECIA


Como adelantamos en anteriores entradas, la demarcación de un limes físico a través del asty y la chora de cada centro, no implica una separación ideológica y real del mundo indígena que rodeaba a las colonias. De hecho, los testimonios arqueológicos demuestran una constante convivencia con las etnias locales a través de los ajuares de las necrópolis, en las que hallamos material híbrido cerámico como en el caso de Pitecusa o, en los primeros momentos de la necrópolis de Cumas, cerámica todavía indígena, cercana a donde antes de la llegada de los griegos se situaban tumbas nativas, lo cual prueba el contacto entre los llegados de Pitecusa y los indígenas, antes de existir Cumas como centro urbano.(BOARDMAN,1975).  También tenemos casos de asentamientos y cementerios nativos en el interior de los territorios adscritos a algunas ciudades griegas, como en el caso de Posidonia, en cuyo terreno adyacente se hallan los centros de Palinuro y Molpa, a unos 55 km al S de Posidonia, donde griegos e indígenas convivieron hacia la mitad del s VI a.C. ¹

Pitecusa (San Montano). Anforilla de impasto de procedencia etrusco-lacial. Tumba 159, 4/4 s VIII a.C. (Según Ridgway 1984).  Fuente: Monedero, 1991


También encontramos topónimos, como en el caso de la isla de Ischia, cuya raíz es indígena, pero el resultado es una suerte de adaptación por la pronunciación griega posterior. (DOMÍNGUEZ MONEDERO, 1991).

Estos y otros casos están atestiguando de manera directa, que el grado de convivencia entre los dos mundos era muy estrecho, por razones sociales y culturales, incluso aunque los centros escogidos por los griegos fuesen diferentes a los existentes en período pre-colonial. Este sería el caso de los datos obtenidos en los derribos de la acrópolis de Pitecusa, donde los restos cerámicos hallados recogen una ausencia absoluta de cerámica pre-helénica, lo cual indica casi con toda seguridad que el asentamiento fue efectuado en una zona hasta ese momento no ocupada por los habitantes nativos. (RIDGWAY, 1997).


Ajuar de la tumba prehelénica nº 3 Osta, en Cumas. Hacia el 780 a.C. con copa a chevrons del Geométrico II.  (Según Magna Grecia I, 1985) (Fuente: Monedero, 1991).

Además, resulta evidente que los contactos con las élites indígenas debían sentar las bases de la diplomacia que tan necesaria sería para asentarse en un territorio ocupado y explotado con anterioridad. Por lo que entra en juego el valor estratégico comercial que jugaban las relaciones con los nativos, cuyos conocimientos del terreno y explotaciones de mineral locales resultaron muy fructíferas para los nuevos inquilinos, como ocurría en la zona ocupada por los etruscos.

Por otro lado, también es necesario destacar que la hélade se componía de una gran amalgama de pueblos diferentes, respetando la pluralidad de cada localidad pero conformando la base de una misma cultura; ideológica, religiosa, comercial y socialmente, con lo cual, no es extraña la idea de que englobasen a estas primigenias comunidades dentro de un marco más amplio, pasando a conformar una parte muy importante de la sociedad.


Las necrópolis de la Campania protohistórica a) Necrópolis villanovianas; 1: Arenosola; 2: Capodifiume. b) Necrópolis de la cultura de las tumbas de fosa del tipo Cumas: 3: Suessa; 4: Presenzano; 5: Allifae; 6: Cales; 7: Trebula; 8: Calatia: 9: Saticula; 10:Caudium; 11: Suessula; 12: Nola; 13: Avella; 14: Striano; 15: S. Valentino; 16: S. Marzano: 17: Stabiae; 18: Vico Equense (además de la propia Cumas). c) Necrópolis de la cultura de las tumbas de fosa del tipo Oliveto-Cairano: 19: Bisaccia; 20: Calitri; 21: Montecorvino Rovella (además de las propias Oliveto y Cairano) (según Gastaldi, en AION, 1,1979,fig. 1) (Fuente RIDGWAY, 1997).
 


¹ Esta fecha se obtuvo de los hallazgos cerámicos y ornamentales en algunas de las tumbas y en los muros de dicha necrópolis. (BOARDMAN, 1975).

Bibliografía:

DOMÍNGUEZ MONEDERO, A.J.: Los griegos de Occidente y sus diferentes modos de contacto con las poblaciones indígenas. El momento de fundación de la colonia. CuPAUAM, 18-1991, 149-177.

BOARDMAN, J.: Los griegos en ultramar. Alianza Editorial, Madrid, 1975.

LEONE, R.: Luoghi di culto extraurbani d’ età Arcaica in Magna Grecia. Casa editrica Le Lettere, 1997.

RIDGWAY, D.: El alba de la Magna Grecia. Pitecusa y las primeras colonias griegas de Occidente. CRÍTICA, Barcelona, 1997.



domingo, 22 de noviembre de 2015

CONFLICTOS Y PROBLEMAS CON LA POBLACIÓN NATIVA DE SICÍLIA: LA REVUELTA DE DUCETIO

En entradas anteriores hemos podido observar a grandes rasgos los conflictos y las transformaciones que ocasionó la presencia griega en la isla de Sicilia. Uno de los hecho mas destacados lo protagonizó Ducetio entre el 465-440 a.n.e. Según las fuentes, Ducetio, era un caudillo sículo helenizado, miembro de una familia renombrada y poderosa en su época (Diod. XI, 78, 5). Este elemento, nos muestra el nivel de jerarquización ya importante en el siglo V a.n.e. en este territorio (Domínguez, 1989: 82). Este movimiento protagonizado, dirigido y encabezado desde y por la élite, buscaba mejoras sociales y políticas después de de la dominación griega de la zona. Uno de los aspectos realzable de la revuelta, es que se llevó a cabo según los parámetros típicos griegos. Es decir, se utilizaron las consignas helenas de dominación y control territorial (Albanese Procelli, 2003: 252).

La Sicilia de mediados del siglo V a.n.e. Fuente: Cardete del Olmo, 2007.
Los orígenes de la revuelta se encuentran con las políticas de Emménidas agrigentinos y, especialmente, de los Dinoménidas siracusanos. Se llevaron a cabo unas medidas agresivas con la población autóctona: traslados de poblaciones debido a la voluntad de las élites griegas de ampliar su dominación del territorio. Como consecuencia, provocó un aumento del descontentamiento de las élites locales, surgió de ellas ya que son las que tenían más contacto con el agente colonizador (Cardete del Olmo, 2007a:118). Los sículos habían perdido territorio, parte de sus tradiciones e identidad. Por otra parte, las nuevas élites agrarias, ahora con el poder, les interesaba mantener buenas relaciones con los nativos y así, aumentar los territorios controlados. Para ellas, era más fácil una buena relación con las élites locales que no centrar su poder en la sumisión política y el control.
Ducetio se convirtió en oikistes de ciudades y refundador de cultos arcaicos, llegando a fundar nuevas poblaciones como nos lo muestra la arqueología del territorio. Entre ellas, fundó la ciudad de Menaion (459 a.n.e.), construida a imagen y semejanza de las ciudades-estado griega y, posteriormente, Palike (453 a.n.e.), de la cual se han encontrado los restos arqueológicos. La primera funcionó de centro político, mientras que la función de Palike era más bien el simbólico (Cardete del Olmo, 2007b: 69-72). Años mas tarde, fundó otra nueva colonia: Kalé Akté (448-446 a.n.e.). Finalmente, con su muerte al año 440 a.n.e., no se produjeron más levantamientos de los nativos a tal escala.
Este movimiento autoctonista, defensor étnico, surgía de unas élites que ya habían adoptado elementos llevados por los griegos y que por tanto no puede ser catalogado como un movimiento de simple reacción al enemigo invasor. Pero aún hay más, la élite revolucionaria había estado educada de la forma griega y seguía sus patrones en muchos aspectos. Ducetio fue la cabeza visible de este movimiento, su líder carismático, que nos ayuda a entender la desigualdad que la sociedad colonial provocó a nivel territorial, económico, político, pero también ideológico y cultural.

Hestiaterion y gruta del santuario de los Palaki, hoy devastados por un incendio, vistos desde el Sur. Fuente: Cardete del Olmo, 2007.
Así, podemos ver en el este período hubo fundaciones tanto por parte de los colonizadores, como también por parte de los nativo, es decir, fue un espacio dinámico. A nivel territorial se trata de un período de grandes transformaciones, que se pueden observar a nivel arqueológico. 


Bibliografia:
ADAMESTEANU, D. (1962) 'L’ellenizzazione della Sicilia e il momento di Ducezio', Kokalos, 8. Pp. 167-198.
AMOURETTI, M.C., RUZE, F. (1987) El mundo griego antiguo. Akal, Madrid.
ASHERI, D. (1992) 'Agrigento libera: rivolgimenti interni e problema costituzionali, ca. 471-446 a. C.' en BRACCESI, L. e DE MIRO, E. (eds.): Agrigento e la Sicilia greca, Atti della settimana di studio, Agrigento 2-8 maggio 1988, Roma. Pp. 95-111.

BOARDMAN, J. (1986) Los Griegos en Ultramar: comercio y expansión colonial antes de la era clásica. Ed. Alianza Universidad, Madrid.

CARDETE DEL OLMO, M.C. (2007a) 'El silencio de los oprimidos: el culto de los Paliki'. Revista de Ciencias de las Religiones, 19. Pp. 67-84.

CARDETE DEL OLMO, M.C. (2007b). 'Sicilia Sícula: al Revuelta Étnica de Ducetio (465-440 aC)'. Stud. Hist., 25. Pp. 117-129.

CARDETE DEL OLMO, M.C. (2009) 'Construcciones identitarias en el mundo antiguo: arqueología y fuentes literarias. El caso de la Sicilia Griega'. Arqueología espacial, 27. Pp. 29-46

DOMÍNGUEZ MONEDERO A. J. (1989) La Colonización Griega en Sicilia. BAR, Oxford.

DOMÍNGUEZ MONEDERO, A J. (2001) La polis y la expansión colonial griega. Siglos VIII-VI. Ed. Sintesis, Madrid.

MARTÍNEZ-PINNA, J. (2002) 'Los Sículos'. Gerión, 6. Pp. 79-108.

PÉRÉ-NOGUÉS, S. (2012) 'Diodore de Sicile et les Sikèles: histoire et/ou mémoire d’un «ethnos» et de son héros Doukétios'. Dialogues d'historie ancienne, 6. Pp. 155-170.

RIZZO, F. P. (1970) La Repubblica di Siracusa nel momento di Ducezio. U. Manfredi, Palermo.

Laia Catarineu