lunes, 7 de diciembre de 2015

Breve mención a las cerámicas griegas en Italia

La influencia de Oriente en la cerámica griega antigua se percibe ya desde el siglo IX a.C. En torno al 1050 estilo protogeométrico hace acto de presencia en Atenas y se reconoce por sus cerámicas decoradas con círculos y semicírculos concéntricos. En cambio, no predomina una recarga decorativa sobre la superficie del objeto. A partir del 800 a.C. Aparece una nueva decoración figurativa que comienza a plasmar formas animales y, posteriormente, humanas además de unas formas naturales que aunque todavía geométricas, mucho más naturales. En este aspecto es la polis ateniense la que destaca por su iniciativa decorativa y tras ella aparecen otras como Corinto, Argos, Beocia, Creta y las de Grecia Oriental.
(Cerámica griega proveniente del Dypilón)


A partir del siglo VII se erigirá Corinto como la gran polis referente de cerámica. Pasará a marcar la pauta estilística y dominar las exportaciones por el Mediterráneo Occidental. Su auge se extenderá hasta la segunda mitad del siglo (Broadman, 1983). Dentro de la cerámica corintia destaca un estilo nuevo y refinado respecto al anterior denominado protocorintio y famoso por sus decoraciones orientalizantes. Es además la pionera en el desarrollo de la técnica de figuras desarrollada durante el último tercio del VII a.C. Algunos expertos, no obstante, apuntan a una cierta pérdida del detalle, y con ello, de la calidad decorativa en estas cerámicas en virtud de una mayor producción que abasteciera a la enorme demanda de este tipo de cerámica. Cabe destacar la presencia de cerámica corintia en contextos funerarios junto a objetos locales siendo, como ya hemos dicho, los vasos importados más antiguos registrados en Italia. Esta gran corriente decorativa conseguirá extenderse y ser imitada, entre otros, por los atenienses quienes le añadirán un concepto narrativo a las figuras.
Será entonces cuando la cerámica ática releve a la corintia predominando sus dibujos de silueta y de perfil. La figuración de formas humanas y escenas mitológicas se extiende y, en relación a la entrada anterior (por alusiones) conforma un ejemplo perfecto de la plasmación cultural, mitológica y religiosa en el conjunto cerámico.

Pese a la rápida y sencilla exposición y superposición de estilos y tipologías en lo que podríamos decir que domina y define el mercado cerámico del momento, no debemos pensar que los griegos monopolizaban este mercado ni que se encargaban personalmente de su distribución. Más bien el planteamiento parte del análisis de mercado que les permite observar la demanda de una determinada cerámica que comenzarán a producir sistemáticamente y diversos agentes comerciales (entre los que se encuentran fenicios y púnicos en la geografía mediterránea occidental) se dedicarán a distribuir. En este sentido Sicilia figurará como centro redistribuidor de las cerámicas que llegan a la isla y que se enviarán a diferentes puntos tanto de origen heleno como nativo, fenicio o púnico.

Respecto a los motivos que impulsan y dinamizan el circuito económico cerámico podrían destacar varios aunque son, de momento hipótesis. Por un lado cabe la posibilidad de que los colonos griegos en un momento inicial de la apoikía carecieran de los hornos que les permitiera fabricar esta cerámica y que recurrieran a la importación. En otros casos parece ser que el origen étnico de la misma apoikía inclina su demanda hacia una tipología concreta como ocurre con la demanda tarentina de vasijas espartanas. Si entendemos que a las colonias también llegaban maestros alfareros y artesanos es probable que fueran capaces de sufragar la demanda de aperos culinarios y domésticos en un lapso no muy extenso de tiempo. Es en este momento donde podría entrar la segunda posibilidad y es la demanda indígena de productos griegos que vinieran en recipientes cerámicos como aceite, vino, perfumes (Corinto)... . A partir de ellos conocerían una cerámica que poco a poco aumentaría su valor comercial en la medida que se convierten en verdaderas obras de arte. Un ejemplo claro de este último planteamiento lo constituyen los vasos áticos denominados tirrenos con gran mercado entre los etruscos (Broadman, 1983).

Sin embargo, pronto aparecerán centros productores, de origen griego en la Magna Grecia que se configuren como una autentica competencia comercial. Unos focalizados a la producción cerámica para grupos nativos (quizás helenizados que comiencen a plasmar su cultura a través del esquema figurativo griego). Y, por supuesto, centro indígenas que comenzarán a utilizar las técnicas griegas para cubrir sus propias necesidades. Así aparecen las imitaciones de tipo cerámicos, como resultado de la confluencia de influencias y necesidades locales. Finalmente, cabe reseñar que nunca es sencillo establecer de forma directa estas influencias ni catalogar una pieza cerámica como imitación. Al fin y al cabo ¿donde está la frontera entre una apoikía que copia una forma cerámica y una apoikia floreciente que desarrolla una linea artística propia, quizás inspirada en una preexistente?




DEL OLMO, C. (2010), Paisaje identidad y religión. Ed. Bellaterra, 2010.

ESCOHOTADO A.; BALSEIRO M. (1999) Los griegos en Ultramar: comercio y expansión colonial antes de época clásica. Ed. Alianza, Madrid.

GARCIA A.; MURILLO G. (2004) Protohistoria, Pueblos y culturas en el Mediterráneo entre los siglos XIV y II a.C. Ed. UB, Barcelona.

VAQUERIZO GIL, D.(coord.) (1994) Arqueología de la Magna Grecia, Sicilia y la Península Ibérica. Ed. Egartorre Libros, Córdoba.



Imagen extraída de: http://arteinternacional.blogspot.com.es/2009/05/ceramica-griega-etapas-y-ejemplos.html

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