Breve mención a las
cerámicas griegas en Italia
La influencia de Oriente
en la cerámica griega antigua se percibe ya desde el siglo IX a.C.
En torno al 1050 estilo protogeométrico hace acto de presencia en
Atenas y se reconoce por sus cerámicas decoradas con círculos y
semicírculos concéntricos. En cambio, no predomina una recarga
decorativa sobre la superficie del objeto. A partir del 800 a.C.
Aparece una nueva decoración figurativa que comienza a plasmar
formas animales y, posteriormente, humanas además de unas formas
naturales que aunque todavía geométricas, mucho más naturales. En
este aspecto es la polis ateniense la que destaca por su iniciativa
decorativa y tras ella aparecen otras como Corinto, Argos, Beocia,
Creta y las de Grecia Oriental.
(Cerámica griega
proveniente del Dypilón)
A
partir del siglo VII se erigirá Corinto como la gran polis referente
de cerámica. Pasará a marcar la pauta estilística y dominar las
exportaciones por el Mediterráneo Occidental. Su auge se extenderá
hasta la segunda mitad del siglo (Broadman, 1983). Dentro de la
cerámica corintia destaca un estilo nuevo y refinado respecto al
anterior denominado protocorintio y famoso por sus decoraciones
orientalizantes. Es además la pionera en el desarrollo de la técnica
de figuras desarrollada durante el último tercio del VII a.C.
Algunos expertos, no obstante, apuntan a una cierta pérdida del
detalle, y con ello, de la calidad decorativa en estas cerámicas en
virtud de una mayor producción que abasteciera a la enorme demanda
de este tipo de cerámica. Cabe destacar la presencia de cerámica
corintia en contextos funerarios junto a objetos locales siendo, como
ya hemos dicho, los vasos importados más antiguos registrados en
Italia. Esta gran corriente decorativa conseguirá extenderse y ser
imitada, entre otros, por los atenienses quienes le añadirán un
concepto narrativo a las figuras.
Será entonces cuando la
cerámica ática releve a la corintia predominando sus dibujos de
silueta y de perfil. La figuración de formas humanas y escenas
mitológicas se extiende y, en relación a la entrada anterior (por
alusiones) conforma un ejemplo perfecto de la plasmación cultural,
mitológica y religiosa en el conjunto cerámico.
Pese a la rápida y
sencilla exposición y superposición de estilos y tipologías en lo
que podríamos decir que domina y define el mercado cerámico del
momento, no debemos pensar que los griegos monopolizaban este mercado
ni que se encargaban personalmente de su distribución. Más bien el
planteamiento parte del análisis de mercado que les permite observar
la demanda de una determinada cerámica que comenzarán a producir
sistemáticamente y diversos agentes comerciales (entre los que se
encuentran fenicios y púnicos en la geografía mediterránea
occidental) se dedicarán a distribuir. En este sentido Sicilia
figurará como centro redistribuidor de las cerámicas que llegan a
la isla y que se enviarán a diferentes puntos tanto de origen heleno
como nativo, fenicio o púnico.
Respecto a los motivos
que impulsan y dinamizan el circuito económico cerámico podrían
destacar varios aunque son, de momento hipótesis. Por un lado cabe
la posibilidad de que los colonos griegos en un momento inicial de la
apoikía carecieran de los hornos que les permitiera fabricar esta
cerámica y que recurrieran a la importación. En otros casos parece
ser que el origen étnico de la misma apoikía inclina su demanda
hacia una tipología concreta como ocurre con la demanda tarentina de
vasijas espartanas. Si entendemos que a las colonias también
llegaban maestros alfareros y artesanos es probable que fueran
capaces de sufragar la demanda de aperos culinarios y domésticos en
un lapso no muy extenso de tiempo. Es en este momento donde podría
entrar la segunda posibilidad y es la demanda indígena de productos
griegos que vinieran en recipientes cerámicos como aceite, vino,
perfumes (Corinto)... . A partir de ellos conocerían una cerámica
que poco a poco aumentaría su valor comercial en la medida que se
convierten en verdaderas obras de arte. Un ejemplo claro de este
último planteamiento lo constituyen los vasos áticos denominados
tirrenos con gran mercado entre los etruscos (Broadman, 1983).
Sin embargo, pronto
aparecerán centros productores, de origen griego en la Magna Grecia
que se configuren como una autentica competencia comercial. Unos
focalizados a la producción cerámica para grupos nativos (quizás
helenizados que comiencen a plasmar su cultura a través del esquema
figurativo griego). Y, por supuesto, centro indígenas que comenzarán
a utilizar las técnicas griegas para cubrir sus propias necesidades.
Así aparecen las imitaciones de tipo cerámicos, como resultado de
la confluencia de influencias y necesidades locales. Finalmente, cabe
reseñar que nunca es sencillo establecer de forma directa estas
influencias ni catalogar una pieza cerámica como imitación. Al fin
y al cabo ¿donde está la frontera entre una apoikía que
copia una forma cerámica y una apoikia floreciente que
desarrolla una linea artística propia, quizás inspirada en una
preexistente?
DEL OLMO, C. (2010), Paisaje identidad
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Ed. Egartorre Libros, Córdoba.
Imagen extraída de:
http://arteinternacional.blogspot.com.es/2009/05/ceramica-griega-etapas-y-ejemplos.html
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